Cuantas veces sucede que nos asignan una comisión para fotografiar un personaje, el cual ya ha sido entrevistado previamente y solo se requiere la foto para la publicación; para lo cual solo nos conceden cinco minutos de su tiempo, para realizar la sesión fotográfica.
Lo primero que hago al llegar al lugar donde he de efectuar mi trabajo, con discreción, observo el nombre de la empresa, su rubro y en la sala u oficina asignada, veo los diplomas y distinciones que hay en la pared. Con ello ya se de quien se trata.
Me ubico en dicho entorno, eligiendo el encuadre dentro de la composición, de acuerdo con el ángulo de captación del lente elegido, reservando el espacio que éste a de ocupar, para conseguir la postura apropiada que armonice con su expresión facial y el movimiento de sus manos.
Teniendo en cuenta que todo entrevistado es renuente a ser fotografiado, manteniendo una postura tensionada; es allí donde uno entra a tallar. Lo ubico en el sitio predefinido, indicando que busco de él: la impresión de dialogo con su publico lector. Para ello necesito la pronunciación de tres palabras que dichas a intervalos y mirando a la cámara, con movimiento simultaneo de manos, consegir imprimir su personalidad en la toma.
Estas palabras son : "tres", "siete" y "diez".
Estas tres palabras pronunciadas a intervalos permiten entre abrir los labios registrando dialogo en centésimo de segundos para capturar lo propuesto anteriormente.
Suele suceder que el entrevistado no salga de su asombro por la sencillez y rapidez del trabajo, conversándome mientras voy guardando mi equipo.
Unfraternal abrazo César Cox Beuzeville.