Todo velorio suele acompañarse de arreglos florales multicolores de diversas formas que en conjunto le otorga a ese ambiente de tristeza un toque de alegría.
Los hombres de prensa no somos bien vistos en momentos así, imposibilitándonos el accionar en pos de la cobertura informativa, limitando nuestro quehacer de lo acontecido desde las proximidades del evento.
Mientras contemplo y leo las tarjetas de los remitentes en los arreglos florales, reparo en la fragilidad y lo efímero de su belleza que merece ser fotografiada.
Con prudencia y cautela procedo a la búsqueda de las flores más frescas y que combinadas entre sí, ofrezcan un impacto visual más ameno.
Estando la cámara acoplada al teleobjetivo zoom 80-200 mm (lente multifocal), mantengo una distancia prudente para no molestar, y a la vez no ser interrumpido por los concurrentes en su andar.
El mando que se desliza por las distancias focales del lente zoom permite una aproximación adicional al encuadre compositivo deseado, sin aproximarse a él.
La distancia focal mínima permitida por el lente, dejara el espacio ideal para que fluya la iluminación ambiental en el lugar.
Realizando el enfoque crítico (Punto de nitidez) sobre el pistilo de la flor, bajando el ASA o ISO a su menor valor, se gana algo de profundidad de campo (nitidez un tercio delante y dos tercio posterior al punto enfocado) dentro de la composición, dentro de lo permitido por la velocidad de toma manejable, para que ésta no salga movida.
Estar prevenido a cualquier fluctuación en el viento, para que este no mueva la flor a captar. Ser rápido en componer y encuadrar la toma, ya que cualquier demora creará molestia en los presentes.
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