El auge alcanzado por la comida rápida en los diferentes restaurantes no solo de la capital sino de casi todos los lugares se debe en gran parte a lo vistoso de su presentación, manteniendo un control de calidad en la elaboración de los potajes con los que suelen engalanar los paladares más exigentes de sus comensales.
Han sabido reunir el buen sabor, la vistosidad de los ingredientes, seduciéndonos con combinaciones culinarias que atraen por su fragancia y su aroma apetecible que nos hace salivar al echar un vistazo.
Antes de meterle tenedor, aprovecho la iluminación proveniente de los ventanales del local, giro el plato para explorar un ángulo que favorezca su composición fotográfica, llenando el encuadre con la comida.
Cuando se pida un combinado, hacerle una toma general del plato y luego retratarlo por tipo de comida que la integre.
Esto nos permite innovar nuestro repertorio fotográfico, introduciéndonos en el mundo de la gastronomía, que nos puede dar nuevas satisfacciones.
Solo queda decir bon apetit.
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