Las caprichosas formas con la que nos embelesa la madre naturaleza, las podemos apreciar en ese lenguaje propio que radica en su fuerza expresiva de su trazo, contraste, luz, y color, que cuando uno alza la cabeza, lo advierte en las antojadizas terminaciones de las ramas que acrecienta la delineación de las copas de los árboles. Solo nos hace de falta agudizar la vista para ubicar ese espació preciso que condense en el encuadre editado de su contexto, lo que a uno le ha impresionado del ecosistema.
viernes, 23 de diciembre de 2011
El lenguaje en las ramas
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