Los Talleres de Capacitación admiten la conceptualización del ángulo de toma en el que puedo captar la atención de los participantes inmersos en la temática comunicada, como también la participación de los concurrentes en la polémica de los temas tratados.
Oportunidad de poner a prueba el pulso y el reflejo de uno en coincidir la conjunción de la gesticulación facial del integrante, su expresión corporal, inmerso en el entorno compositivo, sin destruir el glamour del claro oscuro, modulado por la iluminación ambiental.
Al estar sentados, ello me favorece. Al apoyar el teleobjetivo en el respaldar de una silla desocupada que esté en ángulo respecto al personaje, consiguiendo la firmeza requerida ante una exposición lenta que pueda llegar a un díezavo de segundo, con una abertura en el diafragma del lente, determinado por un enfoque critico (nitidez solo en el punto enfocado), que lo destaca de su entorno.
En los que se encuentran aislados, solo queda llenar el encuadre con una toma personalizada para evitar que el espacio vacío se incluya en la composición, restándole concentración a la imagen.
Puedo graficar algún gesto que rompa con la armonía del conjunto y nos jale la vista en el momento. Estos suelen ser espontáneos y fortuitos.
Es importante saber ubicarme respecto del que ha tomado la palabra, de preferencia al costado próximo del mismo. De esta forma no va entrar en conflicto al competir con los elementos secundarios incluidos en la toma.
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