martes, 25 de mayo de 2010

Gastronomía Norteña

La riqueza ictiológica de nuestro mar de Grau, se caracteriza por ser uno de los mares más prodigiosos del planeta, al tener la temperatura apropiada para el desarrollo del plancton, que es el principal nutriente, con la que se inicia la cadena alimenticia, para las especies hidrológicas que habitan en sus frías aguas y estas a su vez han de ser fuente de inspiración de los más exquisitos potajes marinos con que nos suele sorprender la gastronomía peruana.



El rey de todos ellos es el ceviche peruano, es la fuente de inspiración con la que los chefs de cada región costera nos engríen con su arte y su sazón, acordes con la variedad de ingredientes marinos de la zona acompañados con las especerías del lugar, lo que le da el toque del sabor propio de su territorio gastronómico.







En mi última visita por Huanchaco, no me resistí en fotografiar y probar este manjar marino que con una armoniosa presentación en dos platos vinieron el ceviche mixto (pescado y mariscos) y una porción de ceviche de conchas negras, que para qué les cuento. Nuevamente aprovechando el descuido de los mozos y con mi cámara de bolsillo que pasa desapercibida a la mirada celosa de su creador, pude captar esta composición, después de lo cual inicio el festín de este exquisito menú.








Ya en la ciudad de la eterna primavera, Trujillo, en un conocido restaurante pedí un ceviche mixto, que como verán se ve muy apetitoso, sigilosamente capté estas imágenes con la que se suele castigar este modesto servidor, quien no está acostumbrado a estas exquisiteces culinarias marinas del lugar, compuesto por pescado, cangrejos, mariscos, conchas negras, langostinos, su mote y su canchita serrana.




Al tercer día según las escrituras del menú, me pedí un levanta muerto y no resistí la tentación de probar un ceviche marino, el cual lo presentan en un plato de cuatro compartimientos donde combinan el ya mentado ceviche, el chicharrón de pescado, el chicharrón de marisco y un pescado guisado en salsa de mariscos, que para qué les cuento.



Yéndome por las alturas de Huamachuco, me dejé tentar por un plato de trucha frita a la sazón del lugar, en su salsa de cebolla acompañado por su porción de arroz, que no estuvo nada mal, de buen sabor y fácil digestión y que está a la altura del lugar (más de tres mil metros sobre el nivel de mar)





No los quiero cansar con esta excursión gastronómica y decirles que sí se puede dedicar unas tomas para contribuir con el reconocimiento de nuestra gastronomía peruana y que todos debemos fomentar y dar a conocer.

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