El primer caso: A las señoritas ocupadas en su quehacer y atentas de lo que dice el entrevistado, las vengo visualizando con el teleobjetivo de la cámara en el reparto de la bebida, a la espera del mirar de ellas. Registro el hecho, la actitud, la espontaneidad y la emoción para continuar con mi faena noticiosa. Siempre hay que estar atento a estas ocasiones para sacar el máximo de provecho.
El segundo caso: Al ingresar al restaurante para merendar, recreo la vista por el buen gusto del decorado, percatándome del juego de espejos en el rincón donde se refleja la conversación coloquial del trío de damas. En un momento dudé en sacar la cámara de mi bolsillo, la extraigo y empiezo a componer so pretextó de quien mira lo tomado, realizo leves movimientos para corregir el encuadre para no levantar sospecha, me tomo mi tiempo a la espera de sus expresiones, como quien no entiende el manejo del equipo y logro el objetivo trazado. Conseguida la toma, bajo la cámara en mano y retomo con lo solicitado para cenar, con la naturalidad de que no paso nada.
Al día siguiente, en otro restaurante ya con la seguridad de poder pasar inadvertido, veo un trío de turistas que dan rienda suelta a su voraz apetito. A la espera de ser atendidas, éstas analizan lo captado por sus cámaras… las imito como quien veo mis tomas a mano alzada y a la altura de mi rostro, con leves movimientos voy componiendo a la espera de la espontaneidad de su mejor expresión dentro de su espontaneidad, como quien revisa los mandos del equipo, termino bajando el aparato fotográfico y salirme con mi gusto de registrar lo visualizado.
2 comentarios:
Lo que mas me acuerdo de mis experiencias de "foto espontanea" es el pánico de que el retratado me sorprenda en plena composición XD.
Se me viene a la memoria el caso de una señora que mendigaba en el centro de Lima, la cual estaba dándole el biberón al bebe que tenía en brazo, que al percatarse que le estaba fotografiando, abruptamente le arranco el biberón de la boca del infante y agresivamente me lo arrojo.
En el distrito del Rímac, enfocaba con la cámara a un señor que sentado pacientemente esperaba su movilidad, el visor de la tomavistas le anexe un visor réflex, que nos permitía interactuar y tener el control de la toma, sin que este se percate en qué era fotografiado.
La cuestión es perderle el miedo al momento, de no ser así, no has de lograr tus metas.
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