sábado, 10 de abril de 2010

Vuelo Lima Huánuco

En el último viaje que realicé tuve la oportunidad de poder seguir las instrucciones impartidas como un miembro más del personal de la aeronave, vinculada sobre todo con la seguridad de la misma.
Me acompaño como siempre con mi cámara de bolsillo, que al encenderla en la modalidad de “Toma aérea”, aparece en la pantalla, el mensaje… “APAGAR LA CÁMARA EN EL DESPEGUE Y EN EL ATERRIZAJE, SEGUIR LAS INSTRUCCIONES DEL AYUDANTE DE CABINA”… transcurrido el despegue, ya puedo efectuar las tomas que se aprecian por la ventanilla del avión.

La experiencia me ha enseñado… “Primero toma y luego descubre los lugares fotografiados”… son momentos fugaces e irrepetibles, marcados por las condiciones meteorológicas existentes en la zona.
Despegamos del Aeropuerto Jorge Chávez y conforme el avión toma altitud, sobre volamos el distrito de San Miguel, que se adentra hasta el borde del litoral, donde el avión cruza el mar de Grau en su vuelo ascendente entre las nubes, enrumbándose al siguiente punto equidistante donde interceptará nuevamente el litoral con rumbo a la ciudad de Huánuco.


Nuevamente, de lo alto visualizo el litoral, que por el tiempo y la distancia recorrida, deduzco que puede tratarse de Lurín, apreciando como el río del mismo nombre vierte sus aguas enlodazadas por las precipitaciones captadas en su cuenca hidrográfica.


Adentrándonos por zona nubosa hasta encontrarnos con la cordillera de los Andes que retiene las nubes, se deja vislumbrar el verdor de sus valles y quebradas por la reciente temporada de lluvias en la zona, distinguiendo un pueblo a orillas del río que fluye por el lugar.


Capto como la carretera salva obstáculos, zigzagueando la ladera del cerro ganando altura para tomar el otro lado del nuevo valle, dominando lo agreste de nuestra topografía serrana.


Conforme nos aproximamos a la ciudad de Huánuco, veo los cerros parcelados con el verdor de sus cultivos apareciendo los poblados que anteceden a la ciudad y las laderas de los cerros que circundan el valle y continúa el vuelo hasta llegar a la pista de aterrizaje del aeropuerto que dista diez minutos de ella.


Por seguridad, autorizan la operatividad del aeropuerto hasta las dos de la tarde, por los vientos encontrados que ponen en peligro el funcionamiento del mismo.

Retornando a Lima me ubico en el mismo asiento, para apreciar el lado que no visualicé y logro ver un gran lago con lagunas adyacentes cargadas por las aguas de las últimas lluvias.


Al acercarnos a la ciudad de Lima cruzamos rumbo al aeropuerto Jorge Chávez, siguiendo por la zona del Callao y prepararnos para el aterrizaje, iniciando las maniobras de descenso por el balneario de Santa Rosa, nivelándonos para tomar la pista de aterrizaje, donde logro captar las vistas próximos al terminal aéreo.

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