Lo que uno debe buscar en un concurso fotográfico, sea este a nivel local, regional, nacional o internacional, es la oportunidad de someter el concepto de toma fotográfico personal, por un proceso de evaluación amparado por el criterio unánime de los jueces asignados, respaldado por lo estipulado en las bases del certamen.
“No hay que esperar que aparezcan futuras bases de la convocatoria, para recién desarrollarlo fotográficamente”… es en el quehacer cotidiano, donde se busca posibles opciones de tomas que reúnan todos los requisitos necesarios para poder participar en los próximos certámenes fotográficos, donde se pueda ir explorando nuevos puntos de vista que contribuyan a mejorar el concepto del encuadre, de la composición y el lenguaje intrínseco para conseguir el impacto visual deseado.
No suele dar buen resultado el desarrollo temático de una convocatoria durante el tiempo previsto para la entrega de los trabajos.
En ello uno somete su trabajo para que sea cotejado de igual a igual con los trabajos de los demás participantes por la autoridad de los jueces en cumplimiento con lo estipulado en las bases.
La lectura del contenido de la imagen en la foto deberá ser clara y directa en relación a su composición, su encuadre con lo solicitado.
Ser muy crítico con el tratamiento de la idea desarrollada en la imagen. Preguntarse si esta, es legible, es leíble y entendible, para poder sentir la fuerza en su mensaje y llegar al convencimiento del jurado en otorgarle el premio y lugar que se merece.
Tener el entendimiento y el cuidado que se le dé a las especificaciones de las dimensiones solicitadas, ya que si éstas no son las indicadas, serán observadas y retiradas del concurso sin lugar a reclamo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario