martes, 30 de marzo de 2010

CC-COX

Todo momento en la vida es un buen tiempo que me permite experimentar y ensayar nuevos encuadres que han de mejorar mi composición fotográfica, puede ser fugaz lo captado pero trato de buscar el encanto que nos ofrece la modernidad, al conjugar lo estático con los elementos móviles que discurren en su entorno, en el instante preciso que he de perennizar en la imagen captada.



Los interiores de las aeronaves nos ofrecen un sin número de instantes efímeros, por ejemplo cuando los pasajeros acomodan sus equipajes de mano antes de iniciar el vuelo y como al termino del mismo retiran todas sus pertenencias guardadas a la espera de la apertura de las puertas de salida. Aprovechando la atmósfera creada por la luz de las ventanillas, con la luz del interior de la nave, consigo la discreción del caso para no alertar a los fotografiados del uso de mi cámara.




Ya en tierra, observo al piloto inspeccionar la estructura de la aeronave, alzo la mirada y veo que la matricula asignada al avión lleva la inicial de mi nombre y mi primer apellido, por lo cual agradezco este inmerecido reconocimiento que se me ha conferido.

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