Los artesanos Huaralinos
vienen rescatando las técnicas con las que recrean en su cerámica la cerámica ancestral
de la civilización Chancay, cultura
preincaica que se desarrolló entre los valles de Fortaleza, Pativilca, Supe,
Huaura, Chancay, Chillón, Rímac y Lurín, en la costa central del Perú, entre
los años 1200 y 1470 d. C. que corresponde al Intermedio Tardío. Su centro se
ubicó a 80 kilómetros al norte de Lima. Se trata de una ubicación territorial
básicamente desértica, pero con valles fértiles bañados por ríos ricos en
recursos, que permitieron, entre otros, un alto desarrollo de la agricultura.
Esta cultura surge cuando se disuelve la cultura wari. El comercio que
desarrolla la civilización chancay con otras regiones fue intenso y permitió
contactar con otras culturas y poblados en un área extendida. La cultura
chancay decae en el siglo XV para dar paso territorial a sus conquistadores
provenientes del Imperio inca.
De esta cerámica, se destacan
principalmente los cántaros de forma ovoide con rostros humanos y pequeños
relieves con las extremidades del cuerpo humano y también los ídolos de tamaño
reducido, llamados cuchimilcos, de forma antropomorfa representando a figuras
humanas con una destacada mandíbula, con los ojos pintados en negro. Estas
figuras cuchimilcas, extienden sus brazos como alas listas para volar o
invitando un abrazo, alejando así las malas energías, es por eso que han sido
hallados en su mayoría en las tumbas de la nobleza chancay. A pesar de ser un
rasgo característico de la cultura chancay, los cuchimilcos también aparecen en
las culturas lima y chincha. Los cuchimilcos casi siempre vienen en pareja
(hombre/mujer) representando la dualidad divina, en la cual creían las culturas
precolombinas.
Las llamadas muñecas de trapo
no eran juguetes (pese a su aspecto de estar destinados a juegos infantiles)
sino objetos de valor mágico-religioso y eran trabajadas a veces formando
escenas de la vida del difunto o de personas allegadas y queridas, que de este
modo los acompañaban en la otra vida.
Con pincel produjeron lienzos
pintados directamente con diseños antropomorfos, zoomorfos, geométricos y otros
creativos dibujos de libre imaginación.
Sobresalió notoriamente el
brocado, la tecnología de la gasa decorada y el textil pintado habiendo sido
decorados con peces, aves y también con dibujos de forma geométrica. Respecto a
las gasas, fueron tejidas en algodón con los que se confeccionaban artículos
ligeros de forma cuadrangular de diferentes tamaños teniendo en algunas prendas
dibujos de peces, felinos y aves.
Igualmente, en base a un armazón vegetal denominadas las Shicras.
La ciudad de Huaral se ubica a 80 km al norte de Lima en la costa central del Perú y se
encuentra enclavada en pleno valle de Chancay, a 8 kilómetros de la margen
derecha del rio, rodeado de verdor y cerros teniendo como moradores a gente
profundamente hospitalaria, quienes nos recibirán este 28, 29 y
30 de marzo en el campo ferial Las Dalias en esta provincia, donde ha de realizarse la “Vendimia Huaralina 2014”, actividad que contará con la participación de las
diferentes asociaciones vitivinícolas, productores de las frutas regionales,
restaurantes tradicionales, entre otros. Los productores de melocotones,
naranjas, mandarinas y manzanas ofrecerán al público, la fruta seleccionada en
estado natural, pero también en refrescos, mermeladas y compotas. El
tradicional ‘Chancho al palo’, plato de bandera de Huaral, podrá ser degustado
también acompañado de una contundente carapulcra. De igual forma la pachamanca,
pato al ají, chicharrones y ceviches con especies marinas del lugar.
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