sábado, 18 de febrero de 2012

Basílica Catedral de Lima

En la fundación de Lima, Francisco Pizarro asignó un solar para levantar la Iglesia mayor en el lado este de la Plaza Mayor de Lima, así comenzaba a existir la que entonces sería la capital del virreinato como un pequeño poblado (aquella primera iglesia estaba todavía muy lejos de la que después sería la Catedral Metropolitana Primada de América). La Catedral actual es la tercera iglesia levantada sobre el mismo terreno con dimensiones crecientes.

La primera iglesia inaugurada en 1540 fue en realidad una pequeña capilla, que por decreto de Paulo III se erigió en sede del obispado en 1541. En 1546 el mismo Sumo Pontífice la elevó a Arquidiócesis. 

El arzobispo don Gerónimo de Loayza levantó una segunda iglesia Catedral algo más amplia que fue inaugurada el año de 1551, que resulto también pequeña para la que sería la capital del Virreinato del Perú, cuyo crecimiento se anticipaba a largo plazo. Proyectaron finalmente la tercera Catedral según los modelos de las de Sevilla y de Jaén, pero su grandiosidad superaba las posibilidades de la pequeña ciudad que entonces era Lima.

Finalmente se concretó un proyecto algo más realista por el arquitecto Francisco Becerra, las obras se iniciaron hacia 1584. A la muerte de Becerra en 1605, asumió el cargo de maestro mayor de fabricas el alarife Juan Martínez de Arrona, que llegó a terminar el cuerpo de la iglesia en 1622.

La Catedral de Lima trasciende a todo el periodo virreinal: es la obra más continuada de cuantas se realizaron en Lima. Cada época ha dejado en la Catedral su espíritu y su recuerdo, ninguna otra iglesia virreinal puede equiparársele en cuanto a la variedad de las formas plásticas en ella: gótico-isabelino, renacentista, barroco, neoclásico y neocolonial.

Portada central de la Catedral, de estilo renacentista, que rodea a la gran imagen de Jesucristo. Se observan también medallones, cabezas, ángeles y otros adornos platerescos.


En la parte superior se puede ver el escudo del Perú, en el sitio donde originalmente se hallaba el escudo de la ciudad de Lima junto con la frase Plus Ultra. En la hornacina central, el Sagrado Corazón de Jesús.


Puede apreciarse los capiteles corintios de las columnas.




En la fachada y a ambos lado del Cristo se labró la frase: “Reedificose Ano 1722 Governando Exmo Sr. D. Fr Diego  Morcillo” (lado izquierdo) y “Siendo Jues de Esta Fabrica el So. Marqyes de Casa Concha” (lado derecho).




En la base inicial del arco de piedras que enmarca la puerta principal, han cincelado el siguiente texto: “Ascede Hvcet Ostendamti Biqvaeopor Tetfieri Posthaec a Poc 40” (lado izquierdo).



Y al lado derecho está escrito  en la piedra de la fachada que inicia del pórtico: “Lavdemdici Tedeo Nostro Omines Servietqvi Timetisevm Rusilliet Magni A Poc 19”




En ambos costado del marco la puerta principal, decora columnas pareadas que franquean en su interior pares de hornacinas encimadas que acogen cuatro estatuas en mármol respectivamente de los cuatros apóstoles evangelio. Vemos a  “S. Andreas” parte superior izquierda.



“S. Tomas” parte superior y “S.Matheus” parte inferior.


La fachada de la Basílica Mayor ostenta 3 puertas, como en la mayoría de las catedrales. La principal (la del centro) se llama Puerta principal, la lateral derecha se llama Puerta del bautisterio y lateral izquierda se llama Puerta del perdón.


Hay 2 puertas laterales, una que da a la derecha  y otra que da al Patio de los Naranjos (patio interior anexo a la Catedral).

En la parte posterior del templo se abren otras 2 portadas: la de Santa Apolonia y la de San Cristóbal.


El Interior de la Basílica Catedral de Lima cuyo techo sostenido por bóvedas góticas de crucería en madera que recrean un cielo estrellado, hechas con madero y estuco para aliviar el peso sobre las paredes y evitar su colapso en caso de sismo.


Al interior encontramos tres naves, la nave central y dos naves adicionales, por donde se puede iniciar el recorrido de sus 15 capillas hornacinas, cerradas con hermosas rejas en madera abalaustradas. Las capillas eran de propiedad de cofradías o de particulares en las que se excavaron bóvedas sepulcrales para enterramiento de los propietarios; en algunas se instalaron retablos sepulcros; y todas fueron adornadas con hermosos retablos barrocos durante los siglos XVII y XVIII.






A lo largo de las naves laterales se observan cuadros de gran formato con temática referida al Vía Crucis.




Detalle estructural de las paredes de la Satedral, donde se puede apreciar los materiales  empleados (quincha) caña trenzada y vigas de madera revestidas con barro.


Capilla Sepulcro de Francisco Pizarro.
La primera en el lado derecho fue inicialmente el Baptisterio de la Catedral. El año 1891 fue acondicionada para colocar en ella el cadáver apócrifo de Don Francisco Pizarro, fundador de la ciudad. En 1977 se encontraron los restos auténticos de Pizarro, comprobados luego de serios análisis, que son los que ahora se observan. Tiene esta capilla unos hermosos paneles de mosaicos venecianos con escenas del descubrimiento del Perú y el escudo de Pizarro.





Texto de la Lapida: “Aquí yace El Márquez Gobernador Don Francisco Pizarro. Conquistador del Perú y fundador de Lima. Nació en Trujillo de Extremadura, España en 1478 y murió en Lima el 26 de junio de 1541. El Cabildo Metropolitano traslado aquí sus restos el 18 de enero de 1985, al cumplirse el 450 aniversario de la fundación de la ciudad.
Dios tenga en su gloria Amén”.



En 1977 la Catedral es sometida a una serie de reparaciones en su interior, y es cuando en dichas labores de refacciones en el área de la cripta de la Catedral, se hallan una caja de plomo con inscripciones borrosas, tras una pared donde había un nicho. La inscripción rezaba: Aquí está la cabeza del señor marqués don Francisco Pizarro, que descubrió y ganó los reinos del Perú y puso en la Real Corona de Castilla. Un equipo de científicos logró determinar que aquellos restos pertenecían a un hombre maduro que luego se comprobó, era Pizarro. 




Capilla de San Juan Bautista
En la Capilla contigua está instalado el retablo de San Juan Bautista que había pertenecido a la Iglesia del Monasterio de La Concepción.
Es un bellísimo conjunto tallado en Sevilla por el escultor Juan Martínez Montañés entre 1607 y 1622-28. Se desarrolla en un sistema de cuadrícula regular, dividida en dos cuerpos y tres calles, cada una de las  cuales asienta sobre un basamento clasista adornado relieves tallados en el friso.


La calle central está delimitada por columnas pareadas a cada lado y la del segundo cuerpo se cubre con un frontón triangular partido.


En la calle central del retablo aparece el gran Crucificado (1607), obra magnífica del mismo escultor Martínez Montañés.


Debajo de él se abre la caja alargada con la escultura de la cabeza de san Juan Bautista colocada sobre una bandeja según narra el Evangelio. 

Lo acompañan catorce relieves que ornamentan el retablo que contienen escenas de la vida de San Juan Bautista. Esta obra en su conjunto prestigia en gran medida a la Catedral de Lima.


Lado izquierdo inferior (de izquierda a derecha): San Gregorio, San Agustín, Anunciación del nacimiento del Bautista, San Juan Evangelista, San Marcos.




Lado derecho inferior (de izquierda a derecha): San Lucas, San Marcos, Salomé entrega la cabeza de Juan, San Ambrosio, San Jerónimo.





Acompañan el nivel del Crucifijo estos estas pareadas imágenes. Lado izquierdo: “San Juan frente a Herodes” (arriba) y “Predicación del Bautista” (abajo).


Lado derecho: “Prisión del Bautista” (superior), “Decapitación del Bautista” (inferior).



“Bautismo de Cristo en el río Jordán”. 


Pate superior izquierdo del altar: “San Juan en el Desierto “(arriba), “El bautista se despide de sus Padres” (abajo).


Parte superior derecho: “Visitación” (superior), “Natividad del bautista” (inferior).

Imagen de “San Juan Bautista”.


Capilla de Nuestra Señora de la Candelaria
La tercera capilla, estuvo dedicada a San Crispín y San Crispiniano patrono de la cofradía de los zapateros. Tiene un retablo de estilo neoclásico, obra de Matías Maestro, quien la ejecutó entre 1796 (talla) y 1802 (pintura).
Se desarrolla en dos cuerpos, el primero de tres calles, el segundo de una calle y se remata en un ático con el Padre Eterno.
Expone claramente los nuevos aires neoclásicos al utilizar el soporte característico, columnas de fuste liso imitando las piedras duras y nobles, se redujo ostensiblemente a su vez la decoración vegetal.
Luce tallados algunos elementos de las letanías de la Virgen, así como también sobrios medallones y guirnaldas con instrumentos musicales llegados desde el académico barroco francés.




Imagen de la Virgen de las Candelarias. 





Imagen de San Crispín.



Imagen de San José y el niño.


Ángel que decora la terminación del ático.

 


Santo Obispo.



Ingreso a la cripta ubicada al pie de la capilla de nuestra señora de la Candelaria.

Capilla de Santo Toribio de Mogrovejo
La cuarta capilla está consagrada a Santo Toribio de Mogrovejo, segundo Arzobispo de Lima y Patrono del episcopado latinoamericano, cuyos restos son venerados en la Catedral donde puede verse un relicario con reliquias del Santo Arzobispo de Lima en este altar.


Cuenta con un retablo de caoba de dos cuerpos y tres calles, recibido de la iglesia mercedaria de Belén, cuya policromía está oculta bajo una gruesa capa de barniz. Corresponde a la mejor tradición de los retablos limeños de la primera parte del siglo XVIII.



En esta capilla se ven en las paredes otros relicarios con ornamentos episcopales del santo. A la izquierda está la tumba del cardenal Juan Landázuri Ricketts, XXX Arzobispo de Lima, y a la derecha, un gran cuadro que recoge el aspecto que presentaba la catedral de Lima luego del terremoto de 1746 según una pintura de autor anónima y hecha en el siglo XVIII.


Esta Capilla de Santo Toribio fue restaurada el año del Señor de 1979 en conmemoración del IV centenario del Nombramiento Episcopal del Santo, siendo arzobispo de Lima y Primado del Perú el Emmo. Sr. Cardenal Juan Landazuri Ricketts.

Capilla Santa Ana
La capilla a continuación es la de Santa Ana, perteneció a don Nicolás de Ribera y Dávalos, primer alcalde de la ciudad, quien hizo colocar en ella su sepulcro y la de su esposa.


El retablo que hoy vemos correspondió originalmente a la capilla del señor del Consuelo (antes Baptisterio y hoy Pizarro). Representa un intermedio entre el barroco y el neoclásico, pues su estructura y diseño son barrocas pero en clara transición al nuevo estilo. Puede fecharse hacia la década de 1780.






Texto de la Lapida: El capitán Conquistador Nicolás de Ribera y Laredo, llamado “El Viejo”, hijo legitimo del Castellano de Olvera, Capitán Alonso de Rivera y Valdivieso, del linaje de los Adelantados de Andalucía, y de Doña Beatriz de Laredo y Esquibel, nieto materno del mayordomo de los Reyes Católicos. -Auxiliar y tesorero de Francisco desde las primeras expediciones para el descubrimiento del Perú, y uno de los trece de la fama en la Isla del Gallo. -Fundador y Primer alcalde de Lima, en MDXXXV (1535), y después cuatro veces reelecto en el mismo cargo, en los años de MDXLIV (1544), MDXLVI (1546), MDXLIX (1549) y MDLIV (1554). –Encomendero feudatario del Valle Bajo de Ica; alférez real y mayordomo del Cabildo Limeño; vencedor en los combates del asedio de Lima (MDXXXVI) 1536 y en la batalla de Chupas. –Reposa en esta tumba de su capilla de Santa Ana, al lado de su mujer Doña Elvira Dávalos Solier Niño de Valenzuela. –Con muchos de sus hijos, descendientes y deudos, los cuales yacen en las Huesas subterráneas.


Le sigue la capilla de la Visitación.

El retablo es una obra anónima del periodo neoclásico, característico por su única hornacina delimitada por pares de de columnas de orden jónico y con fuste liso. El conjunto escultórico que preside la capilla, según tesis de Mons. Antonio San Cristóbal, fue tallado por Juan Martínez de Arrona de acuerdo al concierto de 31 de marzo de 1605, que parece hacer referencia a la misma obra. Sobre este punto. Rafael Ramos Sosa basándose en el estudio formal de la obra, concluye en atribuirla a Juan Martínez Montañés (1600-1650) debido a que ésta concuerda con la estética del “Dios de la Madera”. Tiempo después (1611), Juan Martínez de Arrona labró la reja de la Capilla que hoy apreciamos.





San Juan el Bautista (lado izquierdo); Imagen de Sacarías (lado derecho) y el Cristo Resucitado (imagen central) estas tres imágenes de autoría anónima, corresponderían al siglo XVII.


La séptima Capilla de la Inmaculada Concepción, está dedicada a las Benditas Ánimas del Purgatorio. El retablo tiene los brazos de cornisa abiertos, curvos y erguido, amplio banco, dos cuerpos y tres calles. La hornacina central se ensancha reduciendo las laterales, donde acoge el epitafio, la escultura de la Inmaculada y un lienzo de San Diego de Alcalá, sobre el vuelan las armas del prelado. Se recupera la columna clásica en los extremos del primer cuerpo, preludio del próximo neoclasicismo.



Hoy podemos apreciar el retablo-sepulcro del Virrey-Arzobispo Diego Morcillo y Rubio de Acuñón, obra de Felipe Santiago Palomino (1743). Corresponde al mejor estilo barroco limeño de mediados del siglo XVIII. La estatua orante de Morcillo se encargó a Baltasar Meléndez, con cojín, peana, sitial y crucero. 


Texto escrito “Aquí yacen los huesos del Sr. D”. Joseph, Damián de Zevallos Conde de Lastorres Natural de la Casa de Buelna en las montañas de Burgos y Asturias de Santillana Colegial huésped y rector del Colegio Viejo de Sto. Bartolomé mayor de Salamanca. Juez Metropolitano en ella por el arzobispado de Santiago y opositor más antiguo a las Cátedras de Leyes de su Universidad, fiscal oidor de la Real Audiencia de esta Ciudad de Lima y Gobernador por su majestad de la Villa y Mina Real de Huancavelica: Murió a quince de Marzo de mil setecientos cuarenta y tres, a los sesenta y uno de su edad y se trasladaron sus huesos a este sepulcro a veintitrés de marzo de mil setecientos cuarenta cuatro.”    



Preside el retablo la Inmaculada Concepción, de Bernardo de Robles (1655), dorada y policromada por Francisco Vásquez. Fue reparada (dorada y enmarcada) alrededor de 1697 por Juan Cotés. Ubicada en un primer momento en la capilla de la Evangelización, pasó luego al Altar Mayor  y en la actualidad la apreciamos en el retablo.

La estatua orante del Virrey-Arzobispo Diego Morcillo y Rubio de Auñón, se encargó a Baltasar Meléndez, con cojín, peana, sitial, crucero, bastón y cuatro mitras. En el fondo se aprecia el oleo sobre lienzo de San Francisco Javier predicando. Copia de un original de Matías de Arteaga, siglo XVIII.



Capilla de San José (Asunción)
En la última capilla de la nave del lateral (derecha) se incorporó el retablo de San José. Corresponde al último barroco del siglo XVIII, compuesta por dos cuerpos de tres calles. Contiene tablas talladas representando escenas de la vida de san José. Es otra de las obras que prestigian a la Catedral de Lima.








Entre la capilla de San José y el Altar Mayo, está la puerta San Cristóbal, donde se ha dispuesto provisionalmente el anda de la Virgen de la Dolorosa.
Decoran el lugar dos oleos marianos. 




El Altar Mayor
Está delimitado por la Sillería Coral: es un marco excepcional flanqueando al altar mayo, esta sillería fue hecha por Pedro de Noriega en el siglo XVIII. En los respaldos se aprecia la talla de numerosos santos y santas. 









En el centro se alza el baldaquino de columnas talladas por el citado Matías Maestro en 1806. Está presidido por la Inmaculada.





Bajo el presbiterio queda ubicada la Cripta de los Arzobispos”, donde yacen los restos mortuorios de casi todos los pastores que tubo la ciudad de Lima, desde Jerónimo de Loayza (el primero) hasta el cardenal Augusto Vargas Alzamora, el último en fallecer.










Inicio el recorrido por la nave lateral Izquierda, desde el fondo donde se ubica la capilla de Santa Apolonia, que es también el título de la portada abierta en el muro tetero hacia la calle: La Santa romana, patrona de los dentistas, tiene una imagen tallada por Martínez Montañés en 1625, que ocupa la única hornacina, una de las joyas escultóricas de la Catedral.




A continuación se alza la capilla de Nuestra Señora de La Paz o El Santísimo. El discreto retablo que posee procede de la desaparecida iglesia del Hospital de san Juan de Dios o de san Diego, que pasó a la Catedral en 1850.




Capilla de Nuestra Señora de la Evangelización, donde se ubica el gran retablo barroco de la Concepción, obra de Asensio de Salas en 1654. Destacan los cuatro bloques de columnas formados por tres de distintas altura y grosor.




Talla de la presentación de María y se su nacimiento.

 Preside el altar la imagen de Nuestra Señora de la Evangelización, talla de madera del siglo XVI enviada por el emperador Carlos V, que antiguamente presidía el altar mayor. Es una de las primeras imágenes de la Virgen en llegar al Nuevo Mundo. En su mano derecha sostiene la Rosa de Oro, condecoración papal conferida por Juan Pablo II en 1988 en su segunda visita al Perú y que ostentan muy pocas advocaciones marianas.



Único tallado donde se representa la boda de San José con la Virgen María.



Capilla de Santa Rosa (Santos Peruanos)
El retablo de Santa Rosa de Lima se encuentra en la capilla de los Santos Peruanos. Es de dos cuerpos y tres calles delimitadas por columnas salomónicas. Corona el retablo un gran círculo. Su policromía también está oculta bajo una capa de barniz.


Relicario con fragmentos óseos de la santa limeña.



A su lado las de San Martín de Porres, San Juan Macías y San Francisco Solano, santos peruanos. Fue originalmente dedicada a la santa limeña poco después de su canonización. En ella está la tumba de Mons. Emilio Lissón, XXVII Arzobispo de Lima, actualmente en proceso de beatificación.



Le sigue la capilla de Nuestra Señora de La Antigua, alberga desde fines del siglo XIX la imagen de esta advocación procedente de Sevilla. La Real Universidad de San Marcos tenía el patronazgo de esta capilla. Preside el altar una imagen de la Virgen del mismo nombre (de mediados del siglo XVI), patrona de la Universidad desde 1627, y destacan dos estatuas de madera, de San Marcos y Santo Tomás de Aquino. Las columnas del retablo están pintadas con colores distintos, simbolizando cada una las primitivas facultades de la Universidad.


Finalizamos con la capilla de San José, patronato de la cofradía de los carpinteros. En cuyo interior de la hornacina del retablo se halla el grupo escultórico de la Sagrada Familia, tallada por Pedro Muñoz de Alvarado en 1633.



Concluye el recorrido en el Baptisterio, con su pila bautismal. Allí se conserva una hermosa imagen de Nuestra Señora de la Esperanza (Virgen dolorosa), escultura que forma parte del grupo mariano procesional de la Semana Santa en esta Ciudad y que preside tradicionalmente los cultos de Cuaresma y Semana Santa.





 El crucifijo que está al frente del púlpito. En el crucero de la nave, vemos 4 estatuas (2 a cada lado) de San Juan Evangelista, San Pedro, San Pablo y Santiago el Mayor. Es obra del presbítero Matías Maestro, quien condujo la renovación de los antiguos altares barrocos limeños, sustituyéndolos por altares neoclásicos.



Juan Pablo II visitó este recinto en dos ocasiones, en 1985 y en 1988, lo que se conmemora en dos placas que se ven a la entrada.


Catedral de Lima
http://cesarcoxb.blogspot.com/2012/02/catedral-de-lima-sacristia-sala.html

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