martes, 28 de septiembre de 2010

Estatuas

En el quehacer noticioso, durante la cobertura informativa de los hechos llama mi atención las esculturas talladas en mármol que adornan y adornaron las plazuelas y parques de la Lima de antaño. Admiro la belleza y precisión de cada detalle del artista al construir la obra y hoy son parte del patrimonio cultural de nuestra ciudad.


Conforme aprecio el tallado en la estatua, camino a su alrededor en búsqueda del ángulo con que he de resaltar descriptivamente sus detalles más finos y eliminar del encuadre todo elemento que perturbe la composición final.

Grafico el trato dado a las mismas en dos zonas equidistantes: una por el buen cuidado que se le otorga a las esculturas que se encuentran dentro de la sede del Hospital Nacional “Dos de Mayo”; y la segunda, donde estas estatuas ubicadas en la Plazuela del Cercado, sufren el vandalismo desenfrenado de personas desadaptadas que las estropean pintándoles figuras obscenas, a pesar de contar en su cercanía con una sede policial.  

Hospital Nacional Dos de Mayo


Las dos estatuas de mármol, en el Hospital Nacional Dos de Mayo, que preceden al mausoleo de Daniel Alcides Carrión García (estudiante de medicina en el Perú (Cerro de Pasco), considerado mártir de la medicina latinoamericana por su sacrificio al inocularse la bacteria Bartonella bacilliformis y contraer la ahora conocida como enfermedad de Carrión o verruga peruana, a modo de estudiar su desarrollo y evolución en el infectado), corresponden a las tres virtudes teologales: la Fe, la Esperanza y la Caridad. Y es que desde sus inicios los antiguos hospitales de Lima estuvieron ligados a la religión católica y la presencia de religiosos como administradores y/o prestadores de ayuda a los enfermos




Cuando he averiguado sobre estas figuras me mencionaron que originalmente no estaban en el lugar donde ahora se lucen. Las trasladaron desde los ambientes de la antigua zona donde moran las Hijas de la Caridad próxima a la Capilla. De las tres figuras, aparentemente han quedado sólo la fe y la esperanza, en tanto la caridad fue llevada por la Beneficencia de Lima a su local principal (supongo hace más de 75 años) pues antes, el Hospital Dos de Mayo pertenecía a la Beneficencia. (Por: Yván Torres Battifora.)



Plazuela del Cercado


Ubicada en el cruce de los jirones Conchucos y Desaguadero (Barrios altos), esta plazuela remonta su historia hasta el siglo XVI, cuando el gobernador Lope García de Castro mandó fundar un pueblo de indios, El Cercado, y dispuso que los indios que vivían en la ciudad y alrededores fueran reducidos en este lugar, con el fin de evangelizarlos mejor y cobrarles el tributo. El nuevo barrio, cuyo nombre completo era “El Cercado de Santiago”, se encontraba rodeado por muros, de allí su nombre. Tenía todo: calles, plazuelas, cabildo, hospital, cárcel e iglesias, formando así una pequeña ciudadela que se extendía desde la puerta principal del barrio hasta la plaza de Santa Ana (hoy Plaza Italia.). Recién en la década de 1590, por mandato del virrey García Hurtado de Mendoza, se logró trasladar definitivamente a todos los indios del valle del Rímac a esta zona, que quedaron bajo la tutela de los padres jesuitas. Por ello, la plazuela aparece en los primeros planos de Lima y tenía forma circular, con una gran cruz de madera al centro; luego, se cambió la cruz por una pila para el abastecimiento de agua del vecindario. A principios del siglo XX, se colocaron en las esquinas de plaza cuatro bellas esculturas de mármol italiano (falta una) que originalmente estuvieron en el antiguo Parque de la Exposición. Asimismo, en uno de sus extremos se ubica el templo de Santiago Apóstol del Cercado, que sufrió grandes daños por el terremoto de 1940. Fue reconstruido y hoy la plaza luce, en su parte central, la antigua fuente de bronce.  (Por Juan Luis Orrego Penagos)










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