La naturaleza nos suele sorprender con la variedad
de formas, colores, textura dada en las flores naturales que se dan en cada estación
del año. Ellas son la fuente de inspiración con que se inicia la combinación entre
sí, en el armado del arreglo floral, y completan su acabado con hojas y ramas selectas
que han de aparejar y llenar los espacios desistidos entre cada flor, las mismas
que difieren solo por su delineación y tonalidad.
Con este armado de flores, uno puede ejercitar su
composición-encuadre para captar tomas fotográficas por sectores delimitados y que
puedan estar constituidos por una o más de éstas. Solo vasta fijar una de las
flores y desde este punto de vista se ha de buscar con pertinente giro de
cámara que no ha de cortar a las otras flores que han de integrar la toma final
de ellas.
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