Para querer lo nuestro, no basta con verlo, hay que sentirlo e identificarse con lo suyo, con su música, sus danzas, su folklor, costumbre corográfica y su idiosincrasia en la manera de interpretar cada uno de sus géneros. Así podremos decir que no se está captando una escena costumbrista, se está registrando la expresión vivida, con el coraje y la valentía venidos de desde nuestro Perú profundo para compartírnoslo y que hoy (viernes) se enorgullece al presentarse en la Plaza Bolívar con ocasión del programa puertas abiertas que difunde el Congreso de la República.
En nuestras danzas se da ese tácito coquear de géneros aunadas de coloridos vestuarios que dan realce interpretativo al desarrollo de la coreografía presentada, digna de ser perdurada a través de la imagen captada.
La música vernácula se hace presente con el vibrar de sus cuerdas aunadas al sentir de las voces que salen del alma del intérprete, a través de su quejumbrosa melodía ancestral que transmite el sentir de su pueblo, calando en lo más profundo de nuestro ser nuestro amor por lo nuestro.
Los danzantes de tijera, rivalizan entre sí sometiéndose a la destreza de sus pasos que ponen a prueba la habilidad y maestría de su oponente por no ser opacado, al final ambos se despiden del público en medio de aplausos por la exquisitez de la coreografía presentada.
De la convivencia surgida del mestizaje de todas las sangres del que se constituye nuestra nación, tiene su origen una variedad de géneros musicales y coreografía de danzas que se dan a conocer ante la mirada y admiración de de nuestros conciudadanos y turistas que nos visitan los fines de semana para reencontrarse con sus raíces culturales, que todas ellas son el crisol de nuestra cultura nacional.
Desde las ubérrimas tierras en los ande Ancashino, nos visitan todo esa expresión en sus mascaras, la vistosa combinación de su buen vestir en sus trajes regionales que dan realce a su interpretación al son de su música que es acompañada del intérprete que da ritmo al son del sonar de su quena y el retumbar de su tambor.
La vistosa y elegante indumentaria presentada por la palla Coronguina, alhajada con oro y plata, danza ante la mirada de los presente con armonioso menear de su cadera, al son del tambor marcado por el pausados pasos cortado que le da vida en el abatir de las frondosas mangas que realza la fina estampa de la mujer ancashina.
El Festejo, de Ritmo erótico-festivo típico representativo del mestizaje negro peruano vigente en Lima e Ica. La letra suele ser de asunto festivo y su ritmo es vivo en compás de 6/8. Su fuga tiene una antifonía de solista y coro. La orquesta se compone de Guitarra, Cajón, Quijada y Palmas. Este alegre baile ha adquirido en los últimos años gracias a sus contagiantes ritmos (y por supuesto gracias a sus movientes caderas) renovada popularidad.
Eventos Artísticos
http://cesarcoxb.blogspot.com/2009/09/eventos-artisticos.html
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