Museo
Panteón Nacional de los Próceres
La
antigua Iglesia del Real Colegio de San Carlos, que fue la antigua capilla del
noviciado Jesuita de San Antonio de Abad e inaugurado como Museo Panteón
Nacional de los Próceres, el 10 de diciembre de 1924, al cumplirse el primer
centenario de las batallas de Ayacucho y Junín. Esta cripta se ubica al costado
de la casona de San Marcos (Parque Universitario) y en ella se encuentran los restos mortales de los héroes que
combatieron por la Independencia del Perú. Reconstruida en 1746, tras el
terremoto que asolo Lima. Este lugar no debe confundirse con el Panteón de los
Próceres del cementerio Presbítero Maestro, que acoge a los héroes de la Guerra
del Pacifico.
Antes
de ingresar vemos con detenimiento la hornacina central de la portada. Una
bella estatua femenina hecha en bronce, sostiene en su mano izquierda el escudo
peruano, mientras que en su derecha lleva una palma de hojas de laurel. Esta
representación de la república del Perú es obra del escultor ancashino Artemio
Ocaña Bejarano nacido en 1893, quien embelleció el campo de Marte con su
magistral obra del monumento a los caídos en la guerra de 1941. Después de
observar su portada y las dos pequeñas torres nos preparamos a conocer su
interior.
Este
bello templo jesuita terminado en 1766 nos ha dejado admirables muestras de
arte barroco como su altar principal hecho en caoba así como el pulpito
construido en el mismo material y considerado como una de las mejores obras de
arte rococó en el Perú. Esta admirable creación es obra del jesuita Juan Rher,
nacido en Praga en 1691 y nombrado Cosmógrafo mayor por el virrey José Manso de
Velasco. Aquí se pueden distinguir una variedad de adornos florales, rostros de
angelitos, el símbolo IHS, monograma del nombre de Jesucristo, en el cuerpo
central soberbiamente esculpido en la madera y descrito en el capítulo anterior.
En el Retablo Mayor de estilo rococó del siglo XVIII, se encuentra la imagen de
la Virgen de Loreto y a su lado, Santa Rosa de Lima y San Martin de Porres. En
la parte superior vemos a San Antonio de Abad, monje apodado “el ermitaño”.
A ambos
lados de la nave transversal o crucero, hay dos grandes vitrales. Una de ellas
es la Virgen del Carmen, y el otro gran vitral pertenece a Santa Rosa de Lima.
En el área de la cripta reposan los restos mortales de
próceres y precursores de nuestra independencia y cenotafios de algunos de
ellos. En el centro de esta se ubica el gran sarcófago blanco del gran mariscal
Ramón Castilla. Antes de bajar se puede apreciar el Cristo de Bistolfi, una
bella escultura en bronce.
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