Todo género musical interpretado con instrumento cuerdas
(sea este violín, arpa o guitarra) tiene un sentir propio en su ejecutante;
cuerpo, mente y alma unidos con el sentir de la letra de la pieza musical que se
toca. La música no es fotografiable, pero si el sentir interpretativo del
ejecutante graficándose en imágenes que evidencian su estado de ánimo durante la
realización de esta. Es allí donde empieza la labor del reportero captar esa fotografía
que congele el vivido recuerdo de esa noche de concierto que bien vale la pena tomar.
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