La magia de lo fotografiado radica en la interpretación que el autor transmite en su obra, incitando la imaginación del espectador con la conexión cadente del paisaje. Tomado con un ángulo vista de pájaro (de arriba abajo) se evalúa el calor que emana de su entraña, el cual discurre por estrechas laderas perdiéndose en su infernal recorrido. Sólo está el saber ubicarse para conseguir el efecto buscado en toma, respecto a los elementos integrantes en la composición, en concordancia con el ángulo de toma elegido que armonice el enlace tácito con su encuadre compositivo creando una confusión humeante.
Conforme se adentra en la efusión del núcleo, se aprecia la disparidad de temperaturas que distan entre sí respecto a las declinaciones que lo circundan y son resquebrajadas por efecto del cambio atmosférico que se ciñe sobre el mismo. El calor es asfixiante a pesar de la marcada distancia existente entre el punto de toma y ello.
Todo esto, una utopía exteriorizada, que parte de la alteración en el orden de toma y la manera que he propuesto exponer las referidas vistas, donde el ardor del fuego reinante forjó estructuralmente lo visto, por acumulación de cenizas producto de ese deterioro de la brasa encendida que consumió los leños. Dicho de otra manera, sólo está en cómo armes la presentación en función con la tomas obtenidas.
Fotografía abstracta
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